La Portavocía del Consejo Interracial de Críticos Literarios de la Nueva Sodoma quiere felicitar a dos amigos, sí, dos amigos que, no sabiendo de nuestra existencia, han bebido de las mismas aguas que nosotros, qué decimos, han sabido zambullirse de lleno en nuestros lagos de odio fervoroso contra Nueva Gomorra y sus bastardos ciudadanos. Por eso, desde aquí queremos felicitar al señor Jesús Tíscar, fabuloso novelista y colaborador asiduo del Diario Jaén, y al señor César Giménez, fantástico señor también, por su impagable labor en pro de una sociedad limpia de escoria neogomorrita.
"Ante esta obra de Juan Cruz, ganadora del Premio Andalucía Joven de Narrativa 2008, la primera palabra que viene a la mente es 'desigual', término confirmado en la propia contraportada del libro al hablarse de relatos disímiles, lo que confirma que se trata de una colección de un autor en claro proceso de aprendizaje.Se diría, de forma pretenciosa, que recuerda al primer Borges, pero se sitúa en un plano más cercano a Ray Loriga, si es que este autor ha creado escuela, y si acaso es necesario seguir una escuela. La juventud del autor se refleja en su impaciencia por llegar a un final cuanto más sorprendente mejor. Tanto se centra Cruz en la meta que, a menudo, olvida disfrutar las bellezas del camino. Así, gran parte del trayecto es desperdiciado ante el ansia por lo inesperado. De este modo, una mayoría de las historias repiten el mismo, a veces monótono, patrón.Casos destacados son microrrelatos como los números 17, 29, 32 y 48 entre otros, que presentan una estructura distinta y no se centran tanto en una supuesta línea de llegada, en los que realmente se aprecia el potencial de un joven escritor todavía en ciernes. Lo importante es que se vislumbra un estilo aún por pulir. El mismo Cruz, cuando dentro de 30 años vuelva a leer estas páginas, encontrará en sus palabras las que necesitaba para encontrar una voz y un estilo propios, sin que su lectura traiga a la memoria otros, sino que la lectura de otros incipientes autores tenga como referencia la del jiennense.Aunque suena feo, hay casos en que es necesario ejercer la discriminación, pero con relación a lo que leemos. No podemos absorber toda literatura a modo de esponjas. Se necesita ser capaz de discernir entre lo que hoy merece la pena ser leído por nosotros y lo que no, aunque lo avale haber ganado un certamen como éste. Por último, cabe preguntarse acerca de los posibles motivos que han llevado a la proliferación de concursos y premios literarios de este tipo".
D. César Giménez
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